ANABASIS DE JENOFONTE:
El relato de la Anábasis de Jenofonte nos ha dejado multitud de
curiosidades, desde pueblos que habitaban en casas de
arquitectura subterránea como en Derinkuyu, a otras ciudades importantes y de las cuales solo quedaban
ruinas. Pues gracias a su testimonio conocemos bailes típicos de Tracia y
Grecia, muy curiosos y vistosos.
El motivo de
dichas danzas fue que en su retirada, en el territorio de Paflagonia, debido al
saqueo que estaba sufriendo la satrapía, el gobernador, Coritas, envió una
embajada para proponer un pacto de no agresión mutua. Estos fueron bien
recibidos, y se les montó un banquete tras inmolar a sus dioses unos bueyes.
Mientras comían y bebían los soldados
griegos les deleitaron con sus danzas autóctonas. Jenofonte las narró así:
“Bailaban al son de la flauta con sus
armas, dando grandes saltos con mucha ligereza y moviendo las espadas.
Finalmente, uno pegó al otro y éste cayó con mucho artificio hasta salir
cantando a Sitalcas.
Más tarde se levantaban unos emanos y magnetos
que bailaban con sus armas la danza llamada Carpea. Uno de ellos la bailaba
después de haber puesto en tierra junto a sí las armas, sembrando y conduciendo el arado. Entonces un bandido corre
a sus armas y lucha contra él al compás de la flauta. Por fin, el bandido ata
al labrador y se lo lleva con el arado. Otras veces es el labrador quien atándole
al otro las manos atrás, le hace marchar uncido con los bueyes.
A veces entraba un misio con un escudo ligero
en cada mano y se ponía a bailar como si
tuviese que defenderse contra dos enemigos giraba sobre sí mismo y daba una
voltereta sin soltar los escudos. Era un bello espectáculo. Acabó bailando la
danza de los persas golpeando un escudo contra otro; se ponía en cuclillas y se
levantaba. Los paflagonios se admiraron mucho de ver que todas estas danzas las
hacían hombres armados. Y el misio introdujo a una esclava bailarina vestida muy
vistosa y con un escudo en la mano que la bailó con gran soltura.”
Estas danzas eran frecuentes en aquella época entre guerreros, bandidos o incluso campesinos y muy significativas en su folklore.
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